El relajamiento y la ignorancia son hoy una de las peores combinaciones. La situación ocurrió en una oficina del Ministerio de Seguridad. Una empleada administrativa que llegó a esa dependencia cruzó abrazos y besos con otras que ya se encontraban en el lugar. Y hasta compartieron un mate. Un tercer trabajador les llamó la atención para cuidar el distanciamiento social.
“Ya estamos vacunadas”, respondió una de las cuestionadas. “Pero igual se van a contagiar”, les replicó el hombre.
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