Un vino espumoso con ingredientes cannabicos que se vendía a través de Internet, está siendo investigado por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) para determinar si lo producía un mendocino relacionado con la cultura del cannabis, además de si se elaboraba en alguna bodega de la provincia, ya que el producto no estaba aprobado por el organismo que regula a la industria en el país. 

El Champannabis se vendía a través del sitio online Casa Tinto a $2.160 como edición Deluxe y se ofrecía como Espumoso Extra Brut Chardonnay. Pero se trata de una bebida ilegal, ya que no contaba con las certificaciones que se exigen a los vinos argentinos según la ley 14.878. El principal atractivo resumía por qué este espumoso se ofrecía de manera clandestina: tenía como ingrediente resina Cannabis Sativa Gelato.

Esto es inusual, poco probable, que no tiene nada que ver con la vitivinicultura. Las 1.200 bodegas que existen en el medio están ajustadas a las normas”, advirtieron desde el INV.

La situación irregular llamó la atención del organismo que regula a la industria en el país y que dirige el mendocino Martín Hinojosa. La investigación cuenta por el momento con las capturas de pantallas de la promoción en el sitio web de la bodega, que ya no está online debido al escándalo que ha suscitado en la vitivinicultura mendocina. Pero no cuentan con el producto ni tampoco con denuncias. La sospecha es que detrás de este espumoso hay un productor mendocino.  

Es un producto virtual que a alguien se le ocurrió venderlo desde la clandestinidad, a través de promociones casi secretas, como si estuviera vendiendo droga. No corresponde a ninguna lógica”, explicó Luis Sentinelli, enólogo asesor del INV.

Por el momento, lo que se conoce en el organismo contralor es que “no se puede encontrar en un comercio. No tiene referencia de establecimiento, bodega, contenido“, contrariando la ley nacional, y señalaron que aparentemente habría sido un producto que se puso de moda en las fiestas de Punta del Este, Uruguay.

La ley nacional del vino, que rige para la fiscalización de la vitivinicultura, establece cómo debe funcionar la industria y qué deben cumplir las bodegas y productores para la elaboración y comercialización. “Todas normativas que no se han cumplido en el caso de existir este producto”, agregó Sentinelli y recalcó: “Con el agravante de que se promociona con un componente cannábico, que tendría las transgresiones de la ley”.

En Argentina, la posesión de cannabis está prohibida por la ley 23.737, en tanto que la ley nacional del vino no incorpora este componente, por lo que desde el INV señalaron que más allá de la investigación que se está realizando “no quita que un juez pueda actuar de oficio”. 

El cannabis sí es aceptado en algunos estados de EEUU, en Suiza y Holanda que se incorporó como componente en alimentos y bebidas en general. “En ese marco, ellos sabrán lo que hacen, pero no es el caso de nuestro país. Esto está completamente al margen de la ley“, resaltó el enólogo.

Con todo, en el instituto desconocen efectivamente por el momento si hay algún productor o bodega mendocina involucrada. 

“Aún no se sabe, porque es marginal, si es de origen argentino o uruguayo, o si es un espumante. Se puede vender bajo esa forma y puede ser cualquier cosa”, explicaron.

Aunque el producto era de comercialización casi secreta, dado que se publicitaba por un sitio online, “sí están los datos que tienen la marca registrada“. Es decir, que el organismo cuenta con el dato de quién lo patentó en el Instuto Nacional del Propiedad Intelectual. Sin embargo, la patentación de un producto “no es un delito, pero se está investigando”.

Se trata de un mendocino que todavía aparece con la botella de espumoso y que en su perfil de Instagram se describe como “cannavidcultor, creador de blends, Champannabis & Terpenica #Champannabisoriginal”.

“Estamos viendo si está comprometido o no”, indicaron desde el INV. 

Qué pasaría si la investigación finalmente determina que hay un productor o una bodega mendocina involucrada en la producción de este vino ilegal: “De comprobarse si hay algún delito, tiene una causa penal primero por las transgresiones por la elaboración del producto, o por su importación, y luego se hará cargo de la venta de drogas prohibidas. La justicia tendrá que actuar en consecuencia con los posibles involucrados”.

Pero además “si hubiera una bodega que está cometiendo faltas, se le cae con todo el peso de la ley de vinos, y se tomarán todas las medidas que correspondan, desde la clausura a procesos de otro tipo. Pero hasta el momento estamos hablando de una bodega virtual, no de un establecimiento físico”.