Un sol radiante y un mar completamente azulado fueron testigos de la celebración roquera y gratuita protagonizada por Gustavo Cerati y más de veinte mil personas en la playa Rock and Pop. Anunciado como el primer evento importante de la temporada, Cerati, el público, y el clima cumplieron con creces, entregando cada uno lo mejor de sí.

   Desde el mediodía, jóvenes de todo el país se fueron ubicando frente al escenario montado en la playa a la espera del concierto. El de Cerati es un público eminentemente pop, por lo que las remeras de bandas locales que pueden verse en recitales de otro estilo, en esta oportunidad brillaron por su ausencia y sí se destacaron los tatuajes tanto étnicos como en runas. 

    A las 15.35, Cerati, vestido con pantalón negro, camisa blanca y sombrero negro, arrancó el recital secundado por una excelente banda compuesta por Richard Coleman en guitarra y coros, Fernando Nalé en bajo y coros, Fernando Samalea en batería y Leandro Frescó en teclados.

   Desde la salida del muy bueno Ahí vamos, el ex Soda se ha mostrado reconciliado con su facetas más roquera y se lo ve más contento a la hora de subir a un escenario, y en eso ha jugado un rol clave el encontrarse y compartir de nuevo la música con un viejo compinche como Coleman. La sensación de bienestar es tal que, tras bambalinas, Cerati aseguró tener lista la cantidad suficiente de canciones como para sacar un disco de rock ya mismo, pero, además, dijo tener ganas de grabar canciones en tono acústico.

   Y toda esta algarabía se nota sobre el escenario y en el set de canciones, donde están incluidas canciones del disco nuevo como La excepción, Lago en el cielo, Al fin sucede, Uno entre 1.000, Me quedo aquí y Dios nos libre, todas en un pulso roquero a veces lujoso. Parte de la nueva comunión con Coleman, pudo verse cuando el ex Fricción interpretó una versión cover de Héroes, de David Bowie, y él y Cerati entregaron poderosos solos de guitarra, mientras, en el VIP, un juvenil busto mostraba una mejor cara de Jim Morrison en camiseta. El cierre fue con Paseo inmoral y Puente, del primigenio Bocanada, a los que se le sumaron una roquerísima versión de Prófugos y Azulado, tema con el que la banda se despidió tras haber entregado todo. /Télam