A comienzos de este año se conoció el caso de una niña de 12 años que quedó embarazada de su padrastro producto de una violación en una casa de Guaymallén.

La denuncia fue realizada por la madre de la víctima tras advertir que su hija llevaba 16 semanas de gestación, como lo declaró. Pero los detectives comenzaron seguir a la mujer a medida que avanzaba esa causa, debido a que sospechaban que ayudó a encubrir el abuso y facilitar la fuga de su entonces pareja.

Las tareas investigativas permitieron conocer que la mujer estaba cometiendo otro delito, lo que derivó en su detención: la acusaron de mantener relaciones sexuales con su nuevo novio frente a sus otras hijas, de 8 y 10 años.

Tanto la mujer como su actual pareja fueron capturados el viernes tras allanamientos en el barrio Lihué, y la fiscal de Delitos Contra la Integridad Sexual Virginia Rumbo los imputó por corrupción sexual agravada. En las próximos días se definirá si pasan a la cárcel, contaron fuentes judiciales.

La pesquisa contra la mujer tuvo su inicio los días posteriores a conocerse la violación contra la pequeña embarazada. En principio, en esa causa que instruye el fiscal Gustavo Stroppiana, las testimoniales llamaron la atención de los investigadores porque presentaban una serie de contradicciones.

Las sospechas también surgían de los trabajos que hizo el personal del Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI) –ex OAL–, que había solicitado que se le retirara a la mujer la tutela de sus otras hijas, a través de las visitas semanales que les realizaban, refiere la información.

La mamá de las niñas hasta hizo declaraciones mediáticas en las que apuntó contra los especialistas del organismo estatal y se colocó también como víctima de los hechos presuntamente cometidos por su ex pareja contra su hija, sosteniendo que fue engañada por el hombre, que le aseguro que “se iba a entregar”.

Con el pasar de los meses, un sigiloso seguimiento realizado en conjunto entre la División de Delitos Contra la Integridad Sexual, dependiente de la Dirección de Investigaciones, y el ETI, permitió conocer, a través de los dichos de las pequeñas, que su madre mantenía relaciones sexuales con su nuevo novio frente a ellas.

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Asimismo, las criaturas indicaron a los especialistas que la mujer las amenazaba con pegarles para que no le contaran a nadie acerca de esa situación a la que eran expuestas, detallaron las fuentes consultadas.

De esa forma, tras reunir las pruebas suficientes en la causa, la fiscal Rumbo ordenó la captura de la mujer y su pareja. Mientras esto sucedía, las niñas quedaron alojadas en uno de los hogares que la Dinaf posee fuera del Gran Mendoza.

En los próximos días se espera que se realicen diferentes peritajes a las criaturas para determinar si también fueron víctimas de vejaciones.

Pero las labores de los detectives también trajeron novedades que podrían impactar en el expediente por abuso que lleva adelante Stroppiana. Esto porque se comprobó que la mujer estaba al tanto del embarazo de la mayor de sus hijas, días antes acudir a la Justicia, y esperó cinco días para hacer la denuncia con el objetivo de darle tiempo a su ex para que se fugara, surge de la investigación.

Así, cuando los policías de Delitos Contra la Integridad Sexual iniciaron la búsqueda del sospechoso, este ya se encontraba en Bolivia. Esto pudo ser confirmado después por los efectivos especializados, ya que existían registros de que el hombre había sacado un pasaje en la Estación Terminal de Ómnibus Mendoza (ETOM) para dirigirse al vecino país, donde tiene familiares.

Al tanto de esto, los sabuesos solicitaron la colaboración de detectives del vecino país para intentar capturarlo pero, hasta el momento, no han recibido respuestas que los ayuden a facilitar la detención del hombre. Sobre el sujeto pesa una orden de captura internacional y está en la lista de los más buscados de Interpol, contó un pesquisa allegado a la causa.

Ante esta situación, analizan si la mujer también estaba al tanto de los abusos del padrastro contra la niña. Trascendió que los peritajes determinaron que la pequeña venía sufriendo las violaciones desde hacía mucho tiempo, debido a que presentaba lesiones de vieja data en los genitales.

Por eso a la madre le podría caber una imputación por participación primara o secundaria en el expediente que lleva adelante Stroppiana, añadió la fuente.

Por último, se corroboró también que la mujer mantuvo, hasta semanas atrás, comunicación con su ex, a quien ella misma denunció a fines de enero de este año.