Los taxis son los cajeros automáticos de los chorros. Cuando los vagos necesitan algo de caja chica se suben a un taxi y cobran. En vez de tarjeta para retirar la plata usan revólveres, cuchillos, navajas. Los tacheros están sufriendo esto desde hace años. Difícil encontrar un tachero con años de servicio que no haya sufrido varios atracos de esta naturaleza. Algunos terminaron muy mal y todavía se lamenta a aquellos a los que les robaron la plata y la vida.

    Se han probado numerosos sistemas para atenuar esta acción delictiva que afecta a tantos. Móviles de la policía ubicados en lugares estratégicos, señales satelitales de los vehículos para ser ubicados rápidamente. También se habló de otras posibles soluciones, como por ejemplo, el corralito de material antibalas donde debería ubicarse el conductor aislado de sus pasajeros. Me decía un taxista gordo: “A mí van a tener que inhabilitarme toda la parte delantera, porque en ese cubículo no entro, para poner los cambios me voy a tener que bajar del auto”.

    Pues, ahora se ha incorporado un sistema nuevo, el sistema fotográfico. Los autos de alquiler tienen una cámara que fotografía a todos los que están participando de un viaje, la foto se envía por satélite y queda archivada por treinta días. Cuatrocientos vehículos ya tienen instaladas las cámaras en Mendoza y es la única provincia de Argentina que tiene esa cantidad. Esperemos que el sistema sirva para detener la ola de asaltos que en algunos momentos se transformó en tsunami. Por lo menos los ladrones van a tener que subir altaxi bien arreglados, peinados, afeitaditos, con corbata de ser posible, así quedan registrados bien paquetes y no como en la foto del carnet de conductor, en la que todos parecemos asaltantes.

    La cuestión puede ocasionar algún cambio de hábito en nuestra comunidad, porque puede darse el caso de que una señora se emperifolle bien, se bañe, se perfume, se ponga su mejor traje de salir, porque sabe que tendrá que tomar un taxi y no quiere que la escarchen de entrecasa. Hay cámaras por todos lados, hasta yo estoy sospechando que me apunta alguna cámara. En la Legislatura me dijeron que hay dos cámaras. En fin, si usted toma un taxi y escucha que le dicen: ¡Whisky! sonría, es que lo están fotografiando.