El Consejo Indigenista Misionero (CIMI), brazo de la Iglesia católica para los pueblos originarios en Brasil, acusó al presidente brasileño electo, Jair Bolsonaro, de intentar comparar a las comunidades indígenas con “animales en zoológicos”.

La reacción del Cimi, que trabaja en defensa de los derechos indígenas, se debió a que Bolsonaro se preguntó por qué “debe haber reservas para mantener a los indios como si fueran animales en zoológicos”.

El presidente electo, que reivindica a la dictadura militar brasileña (1964-1985) se opone a la demarcación de tierras indígenas incluida en la Constitución de 1988, y durante su campaña insistió en que “estas minorías deben someterse a las mayorías”.

El CIMI calificó de “inaceptable” la comparación con el zoológico y dijo que al hacer esto “el presidente electo apunta que los pueblos pueden ser cazados y expulsados por aquellos que tienen interés en la explotación de los territorios indígenas y que piensan como él”.

El brazo indigenista de la Iglesia brasieña recordó que durante la dictadura militar el discurso integracionista de la ocupación de la selva amazónica resultó en el asesinato de unos 8.000 indígenas como sostiene la Comisión de la Verdad.

“Al insinuar, que las demarcaciones de tierras pueden dar origen a nuevos países dentro de Brasil, Bolsonaro ignora la lucha histórica de los pueblos originarios en defensa de las fronteras a lo largo de la historia”, subrayó.

Brasil alberga a 305 pueblos originarios que representan casi el 1% de la población, la mayor de América Latina.
La idea de ocupar tierras indígenas para la agricultura y la minería comercial es defendido por el frente ruralista en el Congreso, uno de los principales sostenes de Bolsonaro.