Las rebajas en los precios al público aplicadas por Axión y Shell en los últimos días no deberían entusiasmar demasiado a los consumidores. La medida de las petroleras no se extenderá en el tiempo ya que se explica, principalmente, por la caída de las ventas y del desplazamiento de los consumidores hacia las estaciones de YPF porque tienen precios más bajos.

Para el futuro inmediato se espera que los combustibles en el país Argentina sigan subiendo, más allá de que los precios internacionales del petróleo mantengan una tendencia en baja.

Este desplome no se verá reflejado en los precios locales de los combustibles. En lo inmediato todavía falta que la Secretaría de Energía fije los precios de los biocombustibles para noviembre, considerando que el 10% del gasoil es biodiésel y el 12% de las naftas es etanol. Cuando salgan las resoluciones, los nuevos valores será retroactivos al 1 de este mes, por lo cual el impacto en precios será mayor al que surgiría de haberse trasladado de entrada, publica el portal Ámbito.

Por otra parte, a partir el 1 de diciembre se actualizan los impuestos que gravan a los combustibles por el índice de precios al consumidor como ya sucedió el 1 de junio y el 1 de septiembre. En el caso del gasoil, el aumento sería de 2%, mientras que para las naftas alcanzaría el 2,7%.

Además, por la desregulación del mercado, las petroleras quieren que los productos sin los bio y sin los gravámenes se ubiquen en línea con la paridad de importación de cada combustible, no del crudo. También quieren recuperar lo que no ganaron durante el año en los meses en que los precios internos no se ubicaron en la paridad de importación de la nafta y el gasoil.

Aunque las petroleras afirman que ya se están prácticamente en el nivel deseado, también juega la inflación interna como las tarifas eléctricas o los insumos para mantenimiento.