La inseguridad que viven los taxistas a bordo de sus vehículos parece no tener fin, y las autoridades no le encuentran solución a este flagelo que se acrecienta día a día. Durante la madrugada de ayer, dos trabajadores fueron abordados por falsos pasajeros, quienes finalmente los terminaron asaltando, llevándose distintas pertenencias y las llaves de los vehículos. El primero de los atracos lo sufrió el chofer del coche número 662,Marcelo Morales, de 30 años, quien a las 1.15 subió en su coche a dos hombres que estaban en la calle San Martín frente el cementerio de Capital. Los ladrones le pidieron a Morales que los trasladara hasta el interior del barrio Jardín Aeroparque, en el departamento de Las Heras, y cuando se encontraban detrás de la escuela de esa barriada, ambos muchachos le mostraron al taxista sus navajas y lo amenazaron.
Así fue como Morales no tuvo otra opción que entregarle a los delincuentes los 120 pesos en efectivo que llevaba como recaudación y unas zapatillas. Además, los asaltantes le quitaron las llaves de su automóvil para que no pudiera pedir ayuda y se perdieron a pie por la oscuras calles del barrio. Menos de 15 minutos después de este hecho, Pedro Federico Pizarro, quien iba a bordo del aditamento 611, frenó en la esquina de Las Heras y España de Ciudad porque una pareja le había hecho señas para tomar un viaje. De esta manera, el hombre y la mujer se acomodaron en el taxi y le dijeron a Pizarro que los llevara a unas pocas cuadras de distancia, y en Perú y Barcala, frente a la villa Costa Esperanza, el sujeto extrajo un arma de fuego y le exigió al chofer la entrega de dinero.
De esta manera, la pareja de delincuentes se hizo con la recaudación del trabajador, cuya suma no fue precisada, y las llaves del coche. El tercer episodio contra un taxista cometido ayer a la madrugada ocurrió en el barrio Nogal I de Carrodilla, en Luján de Cuyo, pero en esta ocasión el chofer logró escapar de quienes habrían pretendido asaltarlo. A Eduardo Morales, dos hombres le hicieron señas para que se detuviera en una de las calles del barrio Nogal. Morales empezó a disminuir la velocidad, pero antes de que los supuestos pasajeros se subieran al coche, uno de estos exhibió un arma de fuego, ante lo cual el taxista alcanzó a acelerar y huyó