El Gobierno de Colombia y las FARC abrirán hoy en La Habana la negociación formal para intentar la paz en el país sudamericano y poner fin a un conflicto armado que lleva medio siglo. Tras la instalación, hace un mes, de la mesa de diálogo en Oslo (Noruega), el arranque en Cuba de la segunda fase del proceso de paz estaba previsto para el 15 de noviembre pero finalmente se pospuso para la jornada de hoy por la dilatación de los trabajos preparatorios de estas conversaciones. Aspectos logísticos y la participación de la sociedad civil colombiana en el proceso han sido algunos de los asuntos tratados por el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en encuentros preparatorios celebrados en La Habana desde el 6 de noviembre.

     Uno de los mecanismos que canalizarán la voz de la sociedad colombiana en estos diálogos será una página web en la que, además, las partes publicarán comunicados, documentos y convocatorias para las ruedas de prensa pertinentes que decidan celebrar. El Palacio de Convenciones de La Habana será el escenario de las conversaciones de fondo, que comenzarán con el primero de los puntos de la “hoja de ruta” acordada para el diálogo: el problema de la tierra en Colombia. Esa es, precisamente, la raíz del conflicto en un país, donde 52 por ciento de la gran propiedad rural está en manos de 1,15 por ciento de la población y el 32 por ciento de los 46 millones de colombianos vive en el campo.

      Según la agenda marcada en el “Acuerdo general” para el proceso de paz al que Gobierno y guerrilla llegaron tras seis meses de conversaciones secretas en La Habana, “el desarrollo agrario integral es determinante para impulsar la integración de las regiones y el desarrollo social y económico equitativo del país”. Las FARC defienden la necesidad de una verdadera reforma agraria en Colombia que vaya más allá del derecho al suelo y a su titulación y consolide “un derecho a la reapropiación colectiva, social, del territorio, como parte esencial del derecho a la vida”. El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha advertido que el modelo económico y político del país no está en discusión en este proceso de paz porque e