Los residentes en el Área de la Bahía de California se han despertado con la playa inundada de lo que parecen cientos de penes rosados.

Como le ha explicado el residente David Ford a Vice:

No tenía idea de lo que podrían ser … avancé durante dos kilómetros. Caminé durante otra media hora y estaban dispersos por todas partes. Había gaviotas alineadas en la playa todo el camino que habían comido tanto que apenas podían pararse.

Sin saber muy bien qué tenía delante, Ford contactó a un biólogo en Bay Nature, quien le explicó que sí, que esos seres rosados ​​e hinchados se ven como un montón de penes, y que en realidad son una extraña especie de gusano marino conocido como el “fat innkeeper” (Urechis caupo) o, más coloquialmente, el pez pene. Según el biólogo Ivan Parr:

Sí, el diseño físico del gusano explica muchas cosas. La criatura está perfectamente formada para una vida bajo tierra.

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En cualquier caso, resulta difícil quitarnos de la cabeza la imagen mental de una playa plagada de penes rosados. Al parecer, el gusano marino se ha encontrado a lo largo de la costa oeste de Estados Unidos, una criatura de aproximadamente 25 centímetros de largo que construye su hogar en arena o barro, enterrándose en un túnel seguro en forma de U con una entrada que se parece a una “chimenea” . Según Parr:

Cuando la marea está baja, el gusano se desliza hacia la chimenea de su madriguera y exuda una red mucosa pegajosa de un anillo de glándulas. A veces puedes ver estas redes mucosas, que parecen medusas en descomposición, envueltas alrededor de la entrada de la madriguera.

Luego, a medida que el gusano cava más profundo en su madriguera, la criatura secreta una red viscosa que se desliza desde la entrada hasta su boca. Finalmente, y usando sus tres capas de músculos, el gusano bombea un montón de agua en su agujero, succionando plancton, bacterias y lo que hubiera en su red, antes de sorberlo todo de una sola vez.

Queda la última gran pregunta sobre esta cosa tan fascinante, ¿qué hacían cientos de ellos en la playa? Al parecer, “las tormentas fuertes, especialmente durante los años de El Niño, son perfectamente capaces de asediar la zona intermareal, romper los sedimentos y dejar su contenido varado en la costa”, zanja Parr.