Desde la comuna contestaron en forma afirmativa y, pocos días después, los vecinos vieron con alegría cómo una cuadrilla de obreros municipales comenzó a mejorar el estado del asfalto, que estaba lleno de pozos del tamaño de una pileta. Durante algunas semanas, los habitantes de la zona ya no tuvieron que esquivar los grandes baches y estaban muy conformes con la acción del municipio. La pena es que hace sólo unos días notaron que el arreglo no fue muy bueno, ya que los parches que le colaron a los pozos comenzaron a levantarse sin previo aviso, hasta dejar los huecos otras vez al descubierto. ¿No será más fácil hacer las cosas una vez pero bien?