En Guayaquil, una ciudad de 2,6 millones de habitantes, los hospitales rechazan a los pacientes y los cuerpos se quedan por días en las casas en medio de una crisis completa de su sistema de salud por la pandemia del coronavirus.

El gobierno ha informado de más de 3.163 contagios hasta el jueves en todo el país. Oficialmente hay 120 muertes, pero muchas personas más han muerto sin que se les hubiera hecho la prueba.

La provincia de Guayas, cuya capital es Guayaquil, tiene 2.243 contagiados y es considerado el epicentro de los contagios en Ecuador.

Desde temprano cientos de personas se aglomeraron alrededor de bancos y tiendas de alimentos de esta urbe para sacar dinero y comprar víveres, tras conocerse la propuesta del gobernador de la provincia, Pedro Pablo Duart, de un toque de queda de 24 horas al día durante tres días en Guayas, y que de momento no ha prosperado.

La solicitud, presentada al Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional, fue desestimada por la ministra de Gobierno, María Paula Romo, aunque en redes sociales es un clamor que piden numerosos guayaquileños como medida para frenar los contagios.

La iniciativa, sin embargo, tuvo un impacto inmediato y llevó a las calles de Guayaquil a cientos de personas, miles según expresaron algunas fuentes en redes, para aprovisionarse ante su eventual implementación.

Cadáveres sin recoger

“Es una situación dura y lamentable, pero tampoco lo que las fake news tratan de vender”, aclaró el El secretario nacional de Comunicación, Gabriel Arroba, al descartar que se hayan registrado incineraciones callejeras de cadáveres.

Lo que sí admitió es que hay cadáveres que no se han podido recoger debido a la merma global de la ciudad y a la crisis sanitaria, aunque subrayó que la fuerza de tarea conjunta Guayas del Ejército ha dotado a Guayaquil de mayores servicios de Medicina Legal, sobre todo, vehículos y médicos para el levantamiento de cadáveres.

Uno de los problemas que están afrontando quienes quieren enterrar a sus seres queridos es la falta de ataúdes, mencionó Arroba, y reveló que los fabricantes están pidiendo a las madereras que abran para poder disponer de la materia prima.

Sin féretros

El guayaquileño Bolívar Soza sufrió un auténtico calvario durante días para poder sepultar a una familiar fallecida por muerte natural ante la falta de féretro y los trámites que tuvo que cumplimentar.

“Hemos vivido días desesperantes, a pesar de que mi cuñada falleció el domingo pasado de forma natural, no la pudimos sepultar hasta el miércoles”, explicó a Soza.

La Funeraria Terán es una de las pocas que siguen operando. Merwin Terán, que trabaja ahí, contó que estuvo en un cementerio donde le dijeron que en un día normal recibían unos 30 muertos, pero sólo el lunes llegaron 149 y que en la morgue de un hospital vio 50 fallecidos. “Es un olor desesperante”, dijo.