La intransigencia sindical llega a niveles insospechados y, mientras más cerca está el inicio del ciclo lectivo, la posición se potencia, tal vez aprovechando el poder gremial para rechazar de raíz cualquier tipo de acercamiento con el gobierno de turno. Y así, una historia que se repite a pesar de los esfuerzos. Así, en el medio, los  rehenes siguen siendo los alumnos, quienes deben estar desde hoy en las aulas pese a todo. Por eso debe cambiarse la estrategia y dejar expuesta esta situación. El  propio Gobierno reconoce que no logró comenzar con mayor tiempo la discusión paritaria para llegar sin reproches a fin de año. Debido a eso, ya estudian para este año abrir la discusión una vez avanzado el segundo semestre. De esta manera, los tiempos serán otros y desde ambos lados se verán obligados a dar una respuesta a la  sociedad. No habrá excusas ni dilaciones posibles. Qué mejor que cerrar el año así para, de una vez por todas, comenzar el ciclo escolar con normalidad.