Pasaron poco más de tres meses desde que el Gobierno provincial anunció que intervenía Obras Sanitarias Mendoza SA (OSM) y colocaba al ingeniero Gonzalo Dávila al frente de la empresa por 180 días. Sin embargo, la falta de inversiones y el gasto desmesurado de la empresa provocaron que el interventor rechazara la posibilidad de que la gestión estatal se termine el 3 de febrero del 2010, como está previsto, y se inclinó por que se prorrogue 180 días, aprovechando una posibilidad que el decreto establece. Al mismo tiempo, ya se comenzó a hablar del modelo de empresa que tendrá OSM una vez que termine la intervención. En ese sentido, Dávila se inclinó por una sociedad anónima con mayor participación accionaria de parte del Estado.
INTERVENCIÓN. La desinversión de los privados que condujeron los destinos de las empresa durante los últimos once años provocó que seis meses no sean suficientes para recuperar el tiempo perdido. Inversiones sin concretar y una parte operativa débil condujeron a que el panorama en Obras Sanitarias Mendoza fuera más oscuro de lo que se había previsto, lo que llevó a que Dávila tuviera que aceptar a un auditor –José Puliafito–, quien trabajará palmo a palmo con la Universidad Nacional de Cuyo analizando cada uno de los datos que se están recopilando, etapa que está a 80 por ciento, explicó el interventor (ver aparte).
    De hecho, con los números que encontró Dávila, el balance 2009 de la empresa iba a cerrar fuertemente negativo, por ello hubo que hacer ahorro de costos, terminar con el pago innecesario (entre ellos, los de dos gerentes por asesoramiento técnico), cuidarse en las compras y sumar el aumento tarifario. Todo eso, según Dávila, provocará que el balance sea neutro o levemente negativo. No obstante, Dávida aseguró que cree que va a hacer falta un período más de intervención, es decir, que cuando se cumplan los seis meses se prorrogue por otros 180 días, aunque explicó que se está trabajando para que la situación dure lo menos posible.
SER O NO SER. En tanto, Dávila explicó que el comité asesor, integrado por políticos de todos los partidos con representación legislativa y por científicos, sigue manteniendo reuniones. De hecho, esta semana o la próxima se reunirá nuevamente, y está previsto que se expongan los distintos modelos de empresa por los que se puede optar, con cada una de sus cualidades, para que los integrantes del consejo ponderen los elementos que componen a una sociedad anónima como la actual, a una con mayor participación estatal o a una que sea totalmente de la provincia. Según explicó Dávila, está claro que hay que reorganizar la empresa y poner el eje en los servicios principalmente, ya que la parte operativa es más débil frente a la comercial. Sin embargo, aseguró que la forma de hacerlo dependerá, justamente, del modelo de empresa que se termine eligiendo. Igualmente, el interventor aseveró que, en su opinión, lo ideal sería que OSM siguiera trabajando como una sociedad anónima, aunque con una mayor participación accionaria del Estado, en la que posea más de 50 por ciento de acciones, lo que llevaría a que tuviera el poder decisión.
     Asimismo, cree que habría que buscar alguna forma para que esa empresa no cayera en los vicios de una administración pública y que tuviera la cantidad de empleados necesarios y preparados para las tareas que desempeñen. Dávila también expresó que en ese sistema accionario se debería mantener el paquete de los empleados, tal como ocurre actualmente, ya que poseen 10 por ciento del total.