Es que cuando uno se quema con leche, ve una vaca y se pone Pancután. Se habla de crisis, o sea, se habla de lo que siempre se ha hablado en nuestro país, y la tipa y el tipo se retraen, no abren la billetera a los vientos de Cuyo, por el contrario, cuidan el manguito y se restringen. Restrige gastos, y si pensaba en regalar un teléfono celular, regala una tarjeta de 20 pesos para cargar cualquier celular, y si pensaba en comprarse dos docenas de botellas de champán de marca, termina con una docena de sidras y que sobre alguna para fin de año.

          Y si pensaba irse un mes entero a un spa de chile con todos los servicios, termina en una cabaña de Potrero de los Funes con vista al lago. Sin embargo, la fiesta navideña se vivió con mediana plenitud. Contabilicé media hora continua de fuegos de artificios sobre nuestra ciudad, y eso ya es un gasto interesante, vamos. Volvimos a destapar el boquete que tenemos como entrada al aparato digestivo, eso que se llama boca –perdón a los gallinas– y mandamos para adentro andanadas de cosas saladas y dulces, al comienzo en un cierto orden y después indiscriminadamente, sopando el pan dulce en el vitel toné.

        Se bebió con cierta generosidad, mezclando gaseosas con vino, sidra, champán, cerveza, fernet con cola y otras libaciones más que contribuyeron a que los jugos gástricos realizaran horas extras como hasta las ocho de la mañana. Se abrieron los regalitos, con el consabido “¡Ay, qué lendo!”, aunque al vago le haya tocado un paquetito de pañuelos de papel en la repartija.

       Siempre es bueno ser agradecido. Y pasó otra Navidad más, no sé cómo anduvimos en fervor religioso, no tengo datos todavía, pero me imagino que algún brindis habrá habido, por lo menos uno solo, para aquel que motivó la celebración. Ahora tenemos una semanita de respiro, de acomodarnos, de prepararnos para la segunda final. Estamos a muy pocos días de decirle chau al 2010.

     El 2011 espera con una urna bajo el brazo. El 25 fue una cuestión de fe, yo me pregunto, ¿será una cuestión de fe el 31? Vienen las vacaciones, nos esperan las playas… de estacionamiento.