La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) criticó ayer el “desprecio” del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, por los “derechos fundamentales”, aunque precisó que en el ámbito latinoamericano se dan situaciones peores en Colombia y Cuba. El grupo, con sede en Washington, presentó en Caracas un informe de 267 páginas sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela desde que gobierna Chávez, titulado Una década de Chávez.

    Intolerancia política y oportunidades perdidas para el progreso de los derechos humanos en Venezuela. El informe destaca que el “presunto compromiso” del jefe del Estado venezolano con la democracia es “contradictorio con el desprecio, por parte de su Gobierno, de garantías institucionales y derechos fundamentales”. “Particularmente serio es el debilitamiento sistemático y, creemos, deliberado, de las instituciones democráticas”, señaló el director ejecutivo para las Américas de HRW, el chileno José Miguel Vivanco, en una rueda de prensa.

    “Nos preocupa mucho la situación en Venezuela, nos preocupa que el debate político se dé en un contexto en que hay instituciones políticas tan débiles”, agregó. No obstante, “Venezuela no es el país donde más se violan los derechos humanos en la región”, señaló Vivanco, quien precisó que si bien “es muy difícil establecer un ranking”, Colombia y Cuba representan un “caso único” en Latinoamérica.

    “El conflicto armado colombiano sigue siendo uno de los problemas más serios desde el punto de derechos humanos y de derecho internacional humanitario en todo el continente”, aseguró el chileno. Por otro lado, “Cuba niega la existencia de espacios mínimos para el debate político”, lo que convierte al Gobierno de la isla caribeña en uno de “viejo estilo”, puesto que “establece por sí mismo cuáles son las actividades que los habitantes pueden ejercer libremente”, añadió.

    El informe de HRW es una crítica constante a los casi 10 años de gobierno de Chávez y señala que, aunque la nueva Constitución de 1999 fue “un logro importante, para el avance en materia de derechos humanos, se convirtió en una “oportunidad perdida”. Vivanco afirmó también que “la violación más grave del estado de derecho en Venezuela durante los últimos diez años fue el golpe de estado del 2002 contra Chávez”. “Afortunadamente, solo duró dos días. Pero, lamentablemente, el gobierno de Chávez ha explotado el golpe desde entonces para justificar políticas que han degradado la democracia en el país”, precisó.

    La ONG denuncia la supuesta falta de independencia del Poder Judicial en Venezuela, las actuaciones contra medios de comunicación opositores, la ausencia de elecciones sindicales libres o la “actitud de confrontación agresiva frente a los defensores de derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil”. Los numerosos procesos electorales ganados sucesivamente por Chávez desde 1998, con la excepción de su derrota en el referendo de diciembre sobre su reforma constitucional, no aparecen en el extenso informe, si bien Vivanco reconoció que han sido “relativamente limpios”.

    El diputado oficialista de la unicameral Asamblea Nacional (AN) Tulio Jiménez salió al paso del informe, que calificó de “falacia”, y aseguró en declaraciones a medios locales que “forma parte de toda esa tramoya en contra del Gobierno venezolano”. En Venezuela “no hay desaparecidos ni secuestros políticos”, añadió Jiménez, quien destacó que en el país “hay división de poderes y libertad plena de expresión”.

    HRW, un grupo de defensa de los derechos humanos, solicitó en junio al Gobierno venezolano que aclarara su relación con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), lo que desembocó en una dura crítica por parte de Caracas. El embajador venezolano ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Roy Chaderton, respondió entonces que en su país no hay guerrilla y tampoco es un santuario de las FARC, y acusó a HRW de “hacer montajes”.