Vecinos de Capital se acercaron en la mañana de este sábado al Parque Central para entregar a la municipalidad los aparatos electrónicos en desuso, principalmente, computadoras, monitores, impresoras y celulares, como parte de una campaña contra la basura electrónica en el Día Mundial del Ambiente.

La Municipalidad de la Ciudad de Mendoza promovió esta iniciativa con la finalidad de evitar que este tipo de tecnología en desuso sea arrojada a la vía pública o junto a residuos domiciliarios, ya que provoca serios perjuicios al medioambiente y afecta la calidad de vida de los ciudadanos.

Según datos de la Cámara Argentina de Máquinas de Oficina, Comerciales y Afines (Camoca), en un lapso de dos años el volumen de impresoras láser que quedaron fuera de circulación ascendió de 90.000 a 200.000 unidades en el país.

La campaña convocó exclusivamente a personas domiciliadas en Capital, quienes al momento de la entrega de residuos eléctricos y electrónicos (RAEEs) debieron presentar su DNI con domicilio actualizado o la boleta con la tasa de servicios municipales.

Estos desechos recolectados, posteriormente serán tratados por una empresa habilitada en la provincia para gestionar el tipo de residuos.

“Estamos invitando a la gente que vive en Capital a tomar conciencia y aprender a diferenciar los tipos de residuos que nosotros mismos generamos. La idea es reunirnos para captar todo este tipo de remanente que por ahí no sabemos qué hacer, para que no vaya a disposición final junto con el resto, debido a que tienen componentes especiales que pueden tener un valor post uso”, explicó Monica Castro, directora de Gestión Ambiental.

Por otra parte, Farid Nallim, gerente de Reciclarg, expresó: “Es una iniciativa muy importante porque le permite al vecino de capital traer el material en desuso que tiene en su casa y, de esta manera, evitar que termine en un vertedero de cielo abierto contaminándonos a todos”.

Los RAEEs constituyen un importante problema ambiental ya que estos contienen compuestos contaminantes con plomo, mercurio, berilio, zinc, níquel, cadmio, entre otros. 

En muchos casos son vertidos incorrectamente junto a los residuos domiciliarios, llegando a vertederos o basurales, y contaminando gravemente el entorno.

“Se realiza un proceso de desmantelamiento de las partes componentes de estos RAEEs y luego hacemos que se transforme en materia prima para otras industrias, por ejemplo el plástico de un monitor o de una impresora, luego se transforma en una caja registradora de luz o en un enchufe. Además, podemos decir que se hace una minería urbana, ya que al recuperar materiales como cobre, oro y plata, logramos disminuir la demanda de extracción minera”, indicó Nallim.