Los efectivos policiales que le salvaron la vida a un bebé merecen ser destacados no sólo por su entrega solidaria, sino por haber actuado de manera rápida, comprometida y organizada. Está claro que cuidar a los demás es parte de su trabajo de servicio a la comunidad. Por eso, la reacción ante hechos de extrema urgencia amerita la presencia de personas con alta sensibilidad y también capacitadas. De ahí la importancia de que se instruya con mayor profundidad no sólo a los agentes de la fuerza, sino también a quienes trabajan en los diversos estamentos del Estado. La mano tendida por los efectivos representa un aire refrescante ante tanta violencia, contaminación y negatividad. Por eso, es fundamental potenciar la solidaridad y los buenos gestos, porque el altruismo se contagia y genera una cadena positiva de acciones. Sólo resta esperar que más mendocinos se sumen para ayudar a los más vulnerables.