Hace más de un año, la vida de Jesús Contreras pasaba desapercibida para muchos. Ese es el tiempo que lleva viviendo en la calle. Hace unos días se conoció su historia porque fue brutalmente atacado por desconocidos que lo prendieron fuego. Jesús se salvó gracias a la ayuda de una familia que lo socorrió. Hoy está internado en el Lagomaggiore, con todo su torso quemado, y muchos se preguntan: ¿cómo continuará su vida?

Evolución favorable

Tras resistirse a recibir atención médica Jesús accedió luego de hablar durante dos horas con Alejandro Verón, director de Contingencia de la Provincia. Así fue como desde el lunes cerca de las 20 ingresó al Hospital Lagomaggiore donde se recupera favorablemente.

 

“El paciente ingresó al Servicio de quemados y allí se constató que tiene el 3% de su cuerpo quemado. Las quemaduras son de tipo A y, la parte más afectada es la derecha de su torso”, dijo a El Sol, Mario Bustos Guillén, director del Hospital Lagomaggiore.

Respecto a cómo ha pasado estas horas internado, el médico refirió que si bien no se encuentra sedado sí le han suministrado ansiolíticos para poder tenerlo el tiempo suficiente en el centro hospitalario.

“No es un paciente fácil y no sólo tenemos que ocuparnos de sus quemaduras sino también de su epilepsia, por lo que necesitamos que permanezca unos días internados. Se lo hemos explicado y, por ahora, ha respondido muy bien”, aseguró el médico.

Nadie sabe cuánto tiempo más durará Contreras en el hospital, lo cierto es que nadie lo puede obligar: “No podemos retener a ningún paciente a quedarse en el nosocomio, la ley no lo permite, salvo que corra riesgo su vida o la de un tercero. De hecho, el sábado cuando se lo atendió por primera vez decidió irse voluntariamente y no pudimos hacer nada. Ahora esperamos que recapacite porque tiene que se atendido desde lo clínico y neuronal”, sostuvo Bustos Guillén.

Respecto a su estado anímico, el médico dijo: “Está contenido, se lo nota tranquilo, aunque con las molestias propias de una quemadura de ese tipo”.

Una elección de vida

Como Jesús Contreras hay muchos en las calles mendocinas, precisamente 150 personas. Su historia trascendió de la peor manera pero poco y nada se sabe de su vida personal. “Es un hombre que vive en la calle hace más de un año, suele estar en Las Heras y Mitre; también se lo ha visto en las inmediaciones de la Nave Cultural. Lo cierto es que ese es el circuito en el que se viene manejando por elección”, dijo Verón.

Además del torso, Jesús tuvo quemaduras en varios de sus dedos.

Muy poco se sabe de su vida privada, sólo que su familia reside en Las Heras, el resto, es lo que se conoció en las últimas horas: trabaja como trapito en el centro mendocino, hace changas y no mucho más. “Su vida está armada en la calle, allí tiene sus amigos, sus mascotas, la libertad que cuida y valora como oro y que no está dispuesto a negociar”, refirió Verón.

“Varias veces lo hemos ido a buscar para que se aloje en los albergues pero los resultados han sido negativos. Él se niega porque allí se cumplen normas de convivencia, allí no se fuma, no se toma y eso son factores que él no negocia”, manifestó el director de Contingencia.

Las posibilidades para esta gente nunca se terminan, se les insiste una y otra vez, se hace un abordaje psicológico y social. Son personas que necesitan salir de esa situación, obvio que no quieren estar así pero se acostumbran a eso. Allí no hay normas ni reglas, allí son libres.

“Es un hombre que se ubica en tiempo y espacio, está lúcido y es muy simpático. El problema es que él ya se armó su circuito y no quiere salir. Obvio que seguiremos insistiendo para abordar su realidad, pero a veces las adicciones son más fuertes que cambiar de vida”, culminó.

La salud de Jesús, desde el punto de vista legal

Tres días han pasado desde lo ocurrido y Jesús sigue en recuperación. La sociedad no sale de su asombro y muchos comparan la vida de este indigente con la de un perro, ambos merecen vivir, ambos merecen vidas dignas.

“Jesús no está enfermo, los enfermos somos nosotros como sociedad. Las drogas, el alcohol y muchas sustancias más son las que motivan a que se produzcan este tipo de atrocidades. Es terrible lo que pasó”, dijo Sergio Saracco, director del Observatorio Salud Publica y Problemáticas de Consumo de la UNCuyo y especialista en Medicina Legal.

 

“Las leyes vigentes, sancionadas hace pocos años, traen el inconveniente respecto a qué hacer desde lo legal y lo mental. Los pacientes tienen su propia autonomía para decidir si quedar internados o no, si sus vidas o la de terceros no corren riesgos ellos tienen la facultad de decidir y ante eso nada se puede hacer; por otro lado, está lo mental y ahí no hay más que respetar las individualidades de cada persona, respetar su propia autonomía”

En el caso de Jesús, Saracco fue contundente: “Los organismos de Desarrollo Social son los que deben brindarle contención. Si la persona no acepta estar en un refugio habrá que convencerla, buscar alternativas, herramientas, estrategias. No es fácil, pero lo que nunca hay que hacer es abandonarla. Es un largo trabajo y, muchas veces, los resultados son negativos, pero hay que seguir. Hay muchos Jesús en la sociedad, realmente merece una reflexión eso”, culminó.