Tras el crimen de Ricardo Ángel Gómez (83) en Godoy Cruz, allegados a la víctima creen que la mujer señalada como homicida, Gabriela Alejandra Gil Gutiérrez (42), ya había atacado al hombre. La acusada fue trasladada la noche del martes al penal de El Borbollón. Había sido imputada por homicidio criminis causa, matar para ocultar otro delito, por la fiscal de Homicidios, Claudia Ríos. 

Vecinos de la víctima hablaron con El Sol y contaron cómo Don Gómez, como la llamaban, pasó sus últimos días.

Hace casi 26 años que Ricardo residía en la casa 2 de la manzana G, en el barrio El Cardenal. Allí pasaba los días con sus esposa, hasta que el pasado año falleció tras luchar contra el cáncer durante mucho tiempo. Nunca tuvieron hijos.

A partir del momento en que quedó solo, Don Gómez “se tiró al abandono”, aseguraron quienes lo conocían. Lo único que le importaba era su perra Pamela: “Era su vida”, contó una vecina. 

Uno de los efectivos que actuaron en el lugar la tarde en que fue atacado a puñaladas se hará cargo de la mascota del hombre ya que no encontraban quién se la quedara. 

Durante el último tiempo, una mujer que vive en la zona se encargaba de su cuidarlo. Don Gómez era aficionado a la fotografía, había tenido una vinería hace algunos años y luego instaló un quiosco. Pese a su edad, nunca optó por cerrarlo. 

El sábado, cuando ocurrió el hecho que dos días después terminaría con su vida, a Ricardo se lo llevaron llorando en la ambulancia, seguramente pensando en que, tal vez, no volvería a la casa en la que vivió con sus dos amores: su esposa y su perra Pamela. 

Pamela en el lugar donde Ricardo fue asesinado. “Lo busca todo el tiempo”, contaron.

Sospechan ataques previos

Algunos vecinos que lo conocían desde hace tiempo y solían conversar con él piensan que la mujer que fue imputada por el homicidio de Ricardo pudo haberlo herido en otras oportunidades. 

“Hace dos o tres semanas apareció con un corte en la cabeza y dijo que no quería ir al doctor por si aparecía la Policía. Cuando le preguntamos qué le había pasado, contestó que se había caído en el baño. Nos pareció raro”, contó una mujer del barrio.

Sus allegados piensan que en esa oportunidad también había sufrido un ataque por parte de Gil Gutiérrez, conocida como la Palina. 

Si bien en un principio se pensaba que la mujer era indigente, luego se demostró que vivía junto con un hombre que “tiene mala fama” en esa misma barriada godoicruceña.

“Se aprovechaba de los hombres solitarios. Ese mismo día también fue a la casa de otro vecino que vive solo, pero él no le abrió la puerta”, señalaron.

Y, continuaron relatando que la imputada “andaba vendiendo ropa” que, al parecer, “era robada” . “La gente se la compraba porque si le decías que no, se ponía violenta “, explicaron.

Hace poco menos de un año que Gil Gutiérrez residía en El Cardenal. 

Los vecinos, además, dijeron que ese lugar “era hermoso hace algunos años” pero que la inseguridad empezó “cuando hicieron el barrio Centenario y pusieron ahí gente de las villas”. 

El hecho

La presunta asesina llegó a las 16.30 del sábado a la casa de la víctima y, a través de las rejas, le pidió un vaso de agua porque, adujo, estaba descompuesta. 

Ricardo no se lo negó y amablemente fue a abrir la puerta de su casa para dárselo. 

En ese momento, la mujer ingresó, sacó de entre sus prendas un arma blanca y comenzó a amenazarlo. 

El hombre no se resistió y ella le sacó la billetera y se llevó dos bolsos llenos de mercadería. Pero, antes de retirarse, le propinó, al menos, 11 puñaladas en ambos brazos, la cabeza y el abdomen y se dio a la fuga. 

La vivienda donde ocurrió el hecho de sangre.

Ricardo quedó tendido en el piso y comenzó a pedir auxilio a los gritos.

Vecinos alcanzaron a escucharlo, se metieron a la casa y lo hallaron ensangrentado. En ese momento, la víctima brindó las características de la agresora. 

Luego, el hombre fue trasladado a la Clínica Santa Clara, donde falleció la tarde del lunes. En tanto, la sospechosa fue capturada horas después en las inmediaciones del barrio.