La serie dramática “Orange is the New Black”, disponible a través de Netflix, en uno de sus capítulos popularizó la venta de ropa interior usada.

La historia fue la siguiente: mujeres encarceladas ganando dinero con una operación de venta ilegal gracias a los fetiches de los hombres.

Pero el negocio es muy real, y algunas mujeres pueden ganar hasta USD$ 5.000 por una prenda usada.

Después del primer episodio con este particular modelo de negocios ilustrado en Netflix en junio del año pasado, las búsquedas de Google se dispararon, y volvieron a hacerlo en las últimas semanas.

Los actores de la industria dicen que el mercado poco conocido se está llenando cada vez más de gente.

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Sofia Gray, fundado en 2015, es uno de los tantos sitios web de venta de ropa interior usada que tratan de apoderarse del monopolio de este negocio que pretende satisfacer las fantasías sexuales de sus consumidores.

Alex Matthews, cofundador de Sofía Gray, dice que el sitio atrae a vendedores generalmente de entre 18 y 35 años, mientras que los compradores – la mayoría de los cuales son hombres – tienen edades comprendidas entre 18 y 60 años.

¿Por qué la gente elige vender su ropa interior en Internet? Muy sencillo: el dinero. Algunos también pueden encontrar esta práctica excitante.

“Es diferente para cada uno”, dijo el usuario pantysellingfiend en Reddit tras haber vendido su ropa interior online. “He tenido hombres diciendo que sólo la querían para que poder masturbarse con ellas (las prendas usadas), otros quieren usarlas, y algunos hombres para ponerlas alrededor de su casa para que sus amigos piensen que duermen con una gran cantidad de mujeres”.

El dinero recaudado también puede variar, desde algunos pocos dólares hasta cifras con tres ceros a la derecha. Desde el estilo de la ropa hasta la ocupación de la mujer pueden desempeñar un papel importante en el precio de las prendas.

 

Alyssa Dweck, ginecóloga y profesora asistente en la Escuela de Medicina Monte Sinaí, dijo a Cosmopolitan que el uso en repetidas ocasiones de la misma ropa interior puede aumentar el riesgo de infecciones por levaduras y vaginosis bacteriana.

Para muchos, es demasiado tentador. Una joven de 21 años de New Hampshire dijo recientemente a la Encuesta Nacional de Estudiantes que decidió vender su ropa interior usada porque sus préstamos estudiantiles y trabajo part-time no alcanzaban para cubrir el alquiler y los alimentos.

Pero mientras que el negocio es desconcertante para muchos, Matthews está dispuesto a defenderla. “Este es un negocio legítimo”, subraya. “Estos usuarios no son pervertidos o sin ética. Ellos son compradores y vendedores de un producto, los cuales de ninguna manera perjudican a nadie”.