La frecuencia y la intensidad con que la Argentina sale a tomar deuda en el exterior genera a esta altura de la gestión posturas contrarias y divide a los hombres del Gobierno. La diferencia quedó expuesta en público ayer, durante las exposiciones que realizaron el secretario de Finanzas, Luis Caputo, y el actual presidente del Banco Nación, Carlos Melconian, por la 37ª convención anual del IAEF que se realiza en esta ciudad.

Fue, precisamente, mientras el Tesoro salía a captar $50.000 millones en bonos en pesos a cinco años, a una tasa del 18,2% anual. Melconian fue el primero en referirse al tema con preocupación: “La idea de tomar deuda que tiene como destino gasto corriente hay que cortarla cuanto antes. Y esto tiene como destino el gasto corriente”, cuestionó el presidente del Nación. “Yo a la deuda la miro con mucho respeto. Nunca vi que el modelo cerrara creciendo. Está claro que cuando bajás impuestos, cae la recaudación. Miren la recaudación”, sugirió.

Sobre el mismo escenario del hotel Sheraton de esta ciudad, una hora más tarde, Caputo buscó calmar a los casi 300 empresarios presentes y disipar las inquietudes: “Entiendo la preocupación cuando nos ven emitiendo deuda. Pero pueden quedarse tranquilos porque no es un problema”, comenzó. “La deuda no es una preocupación en este momento. Es parte del proceso gradual en la convergencia del equilibrio fiscal”, dijo.

Por esas horas, la Secretaría de Finanzas cerraba la emisión de deuda con ayuda de fondos del exterior. El atractivo de las altas tasas que todavía paga la Argentina generó una sobredemanda: $67.000 millones, de los $25.000 millones ofertados. Caputo aclaró que el nivel de endeudamiento que tiene la Argentina es todavía muy bajo tanto respecto de su PBI como de los países de la región: los compromisos en dólares llegan hoy al 25% del producto y escalarían, según sus proyecciones, a sólo 35% en 2019. “Quizá un poco menos si crecemos más o un poco más si crecemos poco. Pero no van a ser números alarmantes”, prometió.

A Melconian le preocupa, sobre todo, que no haya por ahora señales de que se reducirá el déficit fiscal; en gran parte, por el gasto previsional que quedará después de la reparación histórica. “No encontré ningún país del mundo que duplicara en los últimos años el gasto previsional”, dijo. Y advirtió por “la reducción masiva y abrupta de impuestos aun en un marco de altísima presión tributaria”. “Hoy cualquier baja de impuestos va al déficit”, explicó. Y consideró que, por la herencia que recibió el Gobierno en términos de déficit, subsidios e inflación, la Argentina está “ante un tema difícil de desarmar”.

Caputo consideró que la Argentina encontrará buena parte de la solución para su deuda con el desarrollo del mercado de capitales, que debería bajar los costos de financiamiento de las empresas locales y, en especial, de las pymes. Según dijo, la expansión del mercado bursátil alcanzará para “revertir la dependencia de financiamiento externo”, y evitar que “cualquier plan tambalee ante un shock externo”. El secretario de Finanzas adelantó que se buscará seguir el camino que trazó Perú en los últimos años para poder colocar deuda alguna vez en moneda local al 6,7% a 40 años.

Fuente: Ámbito