Todas conocemos el poder del color, porque lo usamos a diario para vestirnos, y sabemos que lo que escogemos llevar nos afecta y afecta a quienes rodea. Sin embargo, muchas veces nos olvidamos del poder sugestivo del color para mejorar nuestro estado de ánimo en el hogar. Así que antes de empezar a decorar, pensá cómo te querés sentir en cada habitación, y utilizá esta guía para combinar tus colores favoritos con tus estados de ánimo.

 

El azul

Estadísticamente, el azul es el color favorito de casi todo el mundo. Y probablemente se deba a que todos estamos rodeados por el azul: vivimos rodeados de mar y cielo azul. Cuando se asocia con el agua, el azul representa el suave chapoteo de las olas o la corriente de un arroyo. Al igual que el aire que respiramos, el azul es fresco y vital, nos recuerda la claridad de un día soleado bajo cielos azules.

 

El verde

Asociado con la vida misma, el verde representa la novedad y el renacimiento. Pensá en los árboles de un paruque: el verde es la fotosíntesis, el acto de convertir la luz en la vida. El verde también tiene una naturaleza caprichosa, es divertido y estimula la conversación.

 

El rojo

¡El rojo manda! Es un color que hace un llamamiento a las emociones fuertes – ya sea el amor o el odio -, e inspira nuestros sentimientos más profundos. Es el movimiento dinámico de la llama y el color de la sangre que corre por nuestras venas. Simboliza todas las cosas que significan tanto en nuestra vida. Lleno de ego y emoción, el rojo es el color de nuestra fuerza vital.

 

Púrpura o morado

El púrpura trae a la mente la realeza y las antiguas civilizaciones. Es el color de la Musa, de adivinos y profetas. Es el color de los clarividentes y de la energía psíquica, tenaz y de gran alcance. Sin embargo, también representa el color de la tristeza y la pasión entrelazadas, como la muerte y resurrección.

 

El amarillo

El amarillo se asocia con “poderes superiores”, cosas mayores que nosotros, los simples mortales. Para los egipcios y los antiguos griegos, el amarillo Sol era un Dios. En los tiempos modernos asociamos el amarillo con el Sol y lo relacionamos con el intelectualismo y la felicidad inocente.

 

El anaranjado

El anaranjado es un color tibio, como la energía suave que se encuentra en los últimos rayos del atardecer. Se relaciona con todo nuestro ciclo de vida, como el color del otoño, símbolo del final de la vida. El naranja, como la arcilla, tiene un lado primitivo que nos recuerda nuestro pasado y nuestros orígenes.

 

El blanco

El blanco es el color de las nubes esponjosas. Se asocia con un movimiento hacia arriba y con el cielo, con la pureza de la nieve y la inocencia. El blanco representa la limpieza y la ausencia de dolor, y es tan acogedor como una sábana de algodón blanco puro en la que envolverno.

 

Ahora que sabés qué inspira cada color, podrás aprovecharlos para utilizarlos en la decoración y así, mejorar tu estado de ánimo.