El nuevo prototipo, ya operativo, es un vehículo híbrido. Kristen Kish, portavoz del proyecto, lo define como un híbrido entre un avión y un helicóptero. “El diseño permite que vuele distancias largas a un coste muy bajo, que descienda y vuelva ascender con gran seguridad y agilidad”, explica.

La ambición de la empresa de Jeff Bezos es que se puedan entregar paquetes de menos de tres kilos en media hora usando estos aparatos. Volarán por debajo de 130 metros de altura. El peso del vehículo será de menos de 25 kilogramos.

 “La seguridad es nuestra prioridad”, subraya, “no estarán en el mundo real hasta que podamos demostrar que son verdaderamente seguros”.

El sistema de seguridad contará con sensores, para poder esquivar obstáculos y moverse a distancias a más de 10 millas de la base sin problemas. “La seguridad es nuestra prioridad”, subraya, “no estarán en el mundo real hasta que podamos demostrar que son verdaderamente seguros”.

Lo que sí queda todavía al azar es el marco regulatorio. Precisamente, en ese punto, pretenden distanciarse de la legislación general y conseguir algo adaptado a su sistema. “Pensamos que el espacio será más seguro si los drones pequeños se gestionan de manera distinta del tráfico aéreo no tripulado”, defienden.

Por primera vez han confesado dónde se están haciendo las pruebas, de manera simultánea en centros de investigación de Estados Unidos, Reino Unido e Israel.

¿Cuándo y dónde empezarán a funcionar?

Cuando y donde tengan autorización para hacerlo. Amazon espera trabajar pronto con ellos en Estados Unidos, Reino Unido e Israel, pero prometen estar testeando sus drones en otros países.

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