“El arte es completamente inútil”, ya lo decía Oscar Wilde. Sin embargo, aunque no persiga un fin moral, las diferentes manifestaciones han contribuido a revelar el sentir de una sociedad en un determinado momento. Han sido los artistas los voceros, los comunicadores históricos de las problemáticas sociales, políticas y, en la actualidad, ambientales de una comunidad.

“El Arte, en realidad, es un sentimiento latente en cada uno de los seres humanos, si somos responsables y nos detenemos a cultivarlo, descubriremos que puede ser una herramienta transformadora y trascendental”, explica Noelia Rébori, miembro del Colectivo Yarará , un grupo de creativos preocupados por el arte y la cultura, que realizaron en la Ciclovía de Godoy Cruz un mural con materiales reciclados, unas treinta mil tapas de gaseosas entre otros residuos. Ellos buscaron por este medio crear concientización sobre las problemáticas en relación al medio ambiente, la ecología y la reutilización de materiales de desecho.

 – ¿Cómo surge la idea de armar un mural con esas características?

Guido García Zalazar, quien está haciendo políticas ambientales y culturales. Decidió combinar lo ecológico con las artes visuales, ya que son sus inquietudes más grandes – las cuales irían a coincidir con el grupo de trabajo que más tarde se formaría-. Creó una técnica similar a la del mosaico indirecto para pegar plásticos reciclados sobre ladrillo, con el fin de crear una obra mural. A esta técnica le sumó el trabajo colectivo de voluntarios y hacedores culturales que con ansias de aprender esta nueva técnica, ayudaron, se capacitaron y aportaron ideas para optimizar el trabajo.

– La ubicación del mural no fue azarosa, ¿recibieron el apoyo de la Municipalidad de Godoy Cruz?
Recibimos el apoyo de Diego Costarelli, director de Ambiente de la Municipalidad de Godoy Cruz, que al acercarle el proyecto de Guido, facilitó material reciclado de acopies que se habían hecho en la comuna. Un espacio donde planificar y montarlo y herramientas de trabajo para lograr nuestros fines.
Por su parte, la Ciclovía de Godoy Cruz es una arteria verde del departamento, un espacio urbano muy concurrido, clave para la recreación, los deportes y búsqueda de buena salud y equilibrio por las personas que hacen uso del mismo. Por lo antedicho creemos que un mensaje artístico ecológico debía estar allí. Y haciendo uso así de la capacidad de comunicación propia del arte urbano. 

-¿Qué extensión tiene la obra y cuánto material reciclado calculan que usaron?
El mural tiene 14 x 2,50 metros y fue el primero en Mendoza, según nuestro entender, que se realizó con la técnica indirecta de mosaico. Se usó cemento, engrudo, cola, para pegar las tapas (del color original), para unir las juntas armamos una pastina combinando tierras de colores con arena y cemento.
Entre los integrantes del grupo ejecutor del proyecto hicimos un cálculo estimado, por metro cuadrado entran unas 900 tapas, entonces estamos hablando de unas 30 mil tapas de gaseosas entre otros residuos plásticos que se usaron para el mural.

-¿Cuántas personas participaron del proyecto?
Colaboraron alrededor de 40 personas entre niños y adultos, quienes fueron convocados a través de redes sociales y del boca en boca. Además, muchos se sumaron cuando estábamos trabajando in situ. Muchos otros se acercaron solo a aprender y a ver como se ejecutaba la técnica. A medida que compartíamos la experiencia, se fue formando un grupo de trabajo colectivo YARARÁ, Colectivo Interdisciplinario de Arte Urbano, conformado por Guido García Zalazar, Viktor Rotili, Noelia Rébori, Eugenio Montecchiari, Mauricio Galeone y Maxi Castro.

– ¿Por qué se eligieron esos colores y a qué se debió la idea de representar a un ser meditando?
En cuanto a las tapas plásticas, utilizamos la gama de colores original. Al analizar la composición del mural encontramos entre otros signos plásticos, a una persona meditando entre los símbolos del reciclaje, buscando representar e invitar a la reflexión ante la contaminación desmedida . A la vez demuestra que el reciclaje es posible, ya que la misma imagen del personaje esta creada de residuos que se generan día a día en nuestras casas o que terminan en algún baldío o en la calle contaminando y afeando el entorno. Sabemos que a la naturaleza le cuesta entre 150 y 300 años degradar el PET, polímero del cual se producen botellas plásticas, sus tapitas, vasos, e infinidad de productos de los cuales debemos ser conscientes a la hora de consumirlos, y si es así, de qué hacemos luego con ese material residual… porque no deja de existir al no estar ya al alcance de nuestra vista..

– ¿Será posible alcanzar el nirvana a través del arte?
Si tomamos la definición del Nirvana como “el estado de liberación tanto del sufrimiento como del ciclo de renacimientos”. Creemos que reciclar es el renacer de la materia que se piensa que es obsoleta. Podemos demostrarlo a través del arte, muchas veces incomprendido por los prejuicios y por la poca importancia que se da en las escuelas, o visto como un hobbie. El Arte, en realidad es un sentimiento latente en cada uno de los seres humanos, si somos responsables y nos detenemos a cultivarlo, descubriremos que puede ser una herramienta transformadora y trascendental, un lenguaje, un canal de expresión, un canal de información, un espejo de realidades, desde lo individual a lo masivo, no tiene barreras ni fronteras, acompaña las acciones humanas de cada lugar y época, y muchas veces es el que construye la identidades de los pueblos.

– ¿De qué otras maneras elevan el espíritu?
Como grupo, siendo comprometidos, transmitiendo nuestros conocimientos y nuestros valores; y sintiéndonos trabajadores y protagonistas de la cultura de Mendoza, y sin dejar de aprender nunca.

El grupo Yarará continúa trabajando para transmitir su mensaje de concientización ambiental a través del arte. A raíz de este trabajo varias escuelas de la provincia los han contactado para realizar un mural de materiales reciclados y talleres para sus educandos, así como también, diferentes O.N.G quieren trabajar en conjunto, al igual que el Municipio de Godoy Cruz. “En base a esta respuesta de la gente, creemos que hay un nicho sin explotar que es el reciclado de materiales con fines artísticos”, concluye Noelia Rébori, orgullosa de este logro en equipo que hoy luce la Ciclovía de Godoy Cruz.

Acerca de Yarará

Este grupo nace como suma de individualidades preocupadas en formas alternativas de enseñanza, aprendizaje y concientización desde lo artístico, y a tono con los problemas actuales de la comunidad, a nivel regional y mundial, en que vivimos. Preocupados por el arte y la cultura y el lugar que éstos ocupan en nuestra sociedad. Por la concientización sobre las problemáticas en relación al medio ambiente, la ecología y la reutilización de materiales de desecho. Bogando por el crecimiento del ser humano y los vínculos entre las personas. Avalando formas de aprendizaje no lineales, como el arte y la experimentación activa.

Logrando, colectivamente, obras artísticas que pasan a formar parte del contexto urbano, embelleciéndolo e informándolo con sus mensajes de concientización. De esta manera los productos se convierten en patrimonio cultural de los habitantes productores de los mismos y se generan con ellos sentimientos de pertenencia e identidad.

Desde lo artístico se busca la utilización de imágenes y símbolos acordes a representaciones relacionadas con las problemáticas regionales, sin generar contaminación o al menos reducirla al mínimo posible (no uso de aerosoles o pinturas que dejan altos índices de contaminación y generan un mercado de consumo), haciendo reciclaje, resignificando y reutilizando los desechos.