Memoria, Verdad y Justicia. Esas son las tres palabras que, de ahora en más, cada ciudadano que pase por el actual Palacio Policial podrá leer en el monumento que se erigió para recordar que, en ese lugar, funcionó entre el 24/03/1976 y el 10/12/83, el centro de detención clandestina de personas D2. En este sentido, la hija del poeta asesinado, Francisco “Paco” Urondo, celebró la inauguración de la obra, pero cuestionó severamente el hecho de que el edificio continue funcionando como una dependencia policial.

Como sucede cada año, familiares, amigos y ex detenidos se concentraron frente al Palacio Policial para recordar a las víctimas de la última dictadura y pedir por justicia por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el golpe militar. Además de diferentes organismos de derechos humanos y agrupaciones políticas, estuvieron presentes varios funcionarios del gobierno provincial, entre ellos, el ministro de Agroindustria, Marcelo Barg; el de Transporte, Diego Martínez Palau, el de Hacienda, Marcelo Costa y el de Desarrollo Social y Derechos Humanos, Guillermo Elizalde. También participaron del acto el miembro de la Suprema Corte de Justicia de la provincia, Mario Adaro, el titular de Aysam, Luis Bohm, la titular del Archivo Nacional de la Memoria Judith Said y la subsecretaria de Derechos Humanos, María José Ubaldini, entre otros.

La presencia de una buena parte del gabinente del gobernador Francisco Pérez, sirvió para que el Ejecutivo manifiesta una vez más sobre la necesidad de avanzar en los juicios contra los acusados por crímenes de lesa humanidad y para tocar otros temas como el papel que puede llegar a cumplir el Papa Francisco primero respecto de lo sucedido entre eñ 76 y el 83. Guillermo Elizalde, quien manifestó que decidió “hablar por primera vez” en un acto de estas características, fue el encargado de pedirle al máximo representante de la Iglesia Católica que “nos ayude a encontrar los cuerpos de los compañeros desaparecidos”. Además, pidió trabajar por la memoria colectiva y destacó que “es importante que en este espacio estén las generaciones que vienen”.

En cuanto a la voz de los organismos de Derechos Humanos, el ex proyectista de la Dirección de Arquitectura y el primer testigo en el juicio a los represores de Mendoza, Fernando Rule, fue quien tuvo la palabra. Luego de recordar la tarea realizada por el ex presidente de la Nación, Néstor Kirchner y la actual mandataria argentina, Cristina Kirchner, el hombre que estuvo detenido en el D2 calificó al centro clandestino de detención como “un símbolo de la tortura y la muerte”, mientras destacó que, durante el golpe, existieron muchas personas que “sabían lo que ocurría y muchos que no querían saber” lo que estaba sucediendo.

Rule también aprovechó la situación para exigir que se continue luchando contra la trata de personas y la tortura en la provincia, criticó al Ejecutivo al manifestar que “todavía no termina de desprenderse de los policías torturadores” y reconoció que “las cosas vuelven a su lugar”. Minutos después, le cedió el micrófono a Ángela Urondo, quien celebró la construcción del monumento frente al D2.

Sin embargo, la joven enfocó su discurso en el actual funcionamiento del Palacio Policial, situación que criticó profundamente. “Hay que reflexionar sobre el uso que se le da a este edificio”, afirmó Urondo, quien también estuvo cautiva en el ex centro de detención. “Acá vienen a parar las chicas travestis cuando son reprimidas”, indicó la muchacha, mientras que manifestó: “Bajo ningún concepto puede seguir funcionando este lugar”.

Básicamente, la hija del poeta asesinado pidió que se trabaje para que el D2 se convierta en un edificio dedicado estrictamente a la memoria y la justicia, dejando entrever que la aspiración de los familiares y amigos de las personas desaparecidas durante la dictadura militar, es que el edificio se convierta en un museo o en una dependencia donde se cumpla otro tipo de funciones.