¿Cómo somos los mendocinos? Algunos compatriotas, de otras regiones nos definen como medio pacatos, un tanto conservadores, algo reprimidos, metidos para adentro, con algunas trabas para exteriorizar nuestros sentimientos. Los artistas que andamos recorriendo distintos lugares del país lo sabemos, hay públicos y públicos, y ninguno es igual, al mendocino lo catalogan como muy exigente o poco expresivo, lo que se parece bastante. Alguna vez les conté que artistas de Buenos Aires vienen a probar sus estrenos a Mendoza.

   Si acá anda bien, es muy posible que ande bien en todo el país. ¿Somos así? Y, todo pueblo tiene su particularidad, su manera de ser, y en la conformación de nuestras características incide nuestra historia, el clima que debemos soportar, el paisaje que nos moldea a su gusto, la tierra que pisamos y sus exigencias para la vida. Nuestra tierra es sedienta, era el desierto que los mapuches llamaron Cuyúm Mapú, de ahí la palabra Cuyo. Por lo tanto, nos tira para abajo, nos chupa, y por eso somos tan apegados a lo nuestro, pero también tenemos salpicaduras de montañas que a veces nos hacen hablando el idioma de las piedras.

   Todo tiene que ver. Nuestra tonada es un canto sediento de amor y de vino, y es justo que así sea. ¿Tiene que ver en nuestra forma de ser el viento Zonda? Debe tener su injerencia, che, porque nuestros ancestros lo soportaron como nosotros lo hacemos ahora y alguna marca debe dejar. Por lo pronto, dicen los que saben de vientos, los vientólogos, que altera nuestra conducta de tal forma que hasta se producen más accidentes de tránsito que los que habitualmente sufrimos y eso que no sufrimos pocos. Nuestros sentidos se ven involucrados, vista, olfato, gusto, nuestras mufas se agrandan, porque mirá lo que me pasa y, encima, viento Zonda.

   Nuestra psiquis se ve sacudida por esa anormalidad con temperatura de bocanada de diablo y con esas ráfagas que bien pueden trasladar la provincia quince centrímetros adentro de San Luis. El Zonda nos afecta, por eso, dice una poesía que escribí hace tiempo: “Si en algún momento nos anuncian que está por llegar el implacable, siéntase bien porque de esa forma ha de encontrar el origen de sus males, no le harán falta más explicaciones…, el Zonda es el culpable”.